La llaman la “Sierra Pobre”, pero lo cierto es que en estos días de sequia y consultas populares sobre posibles privatizaciones del Canal de Isabel II, ella mantiene el poco agua que nos queda a buen recaudo. Perderse en sus carreteras nos ofrece vistas casi imposibles en una ciudad donde los límites del Urbanismo atroz son interminables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario